Cómo aislar una cepa


Aislar una cepa de hongo es un paso fundamental en el cultivo de hongos, ya que permite seleccionar las características deseadas y aumentar las posibilidades de un crecimiento saludable y productivo. Este proceso requiere de precisión y algunas herramientas básicas de laboratorio, pero te prometemos que con paciencia y práctica, vas a lograr hacerlo en casa sin problemas.

A continuación, te explicamos paso a paso cómo hacerlo.

¿Qué es aislar una cepa de hongo?

Aislar una cepa implica separar un fragmento específico de tejido de un hongo que tenga las características deseadas (como rapidez de crecimiento, resistencia a enfermedades, o mayor productividad) y cultivarlo en un medio estéril. El objetivo es obtener una cultura pura que solo contenga el micelio de esa cepa específica, sin otros organismos ni contaminantes.

Materiales necesarios

  1. Placas de Petri con medio de cultivo (generalmente agar).
  2. Aguja de inoculación o bisturí estéril.
  3. Microscopio (opcional, pero útil para confirmar la pureza).
  4. Guantes y mascarilla para evitar contaminaciones.
  5. Alcohol isopropílico y una lámpara de alcohol para esterilizar las herramientas.
  6. Micelio o un hongo fresco de la cepa que querés aislar.

Paso a paso para aislar una xepa

1. Prepará el espacio de trabajo

Lo primero es asegurar un espacio de trabajo estéril. Idealmente, trabajá en un ambiente con flujo laminar o un espacio lo más cerrado y limpio posible. Lavate bien las manos y usá guantes y mascarilla. Limpiá la superficie de trabajo y las herramientas con alcohol isopropílico.

2. Prepará el medio de cultivo

Para aislar la cepa, necesitamos un medio nutritivo que fomente el crecimiento del micelio. La opción más común es el agar, que se puede preparar con extracto de malta o papa dextrosa. Vertí el agar caliente en las placas de Petri y dejalo solidificar en un ambiente estéril.

3. Tomá una muestra del hongo

Seleccioná un hongo fresco de la especie que querés aislar. Con una herramienta estéril (aguja de inoculación o bisturí), tomá una pequeña muestra de tejido de la base del sombrero o del tallo del hongo. Es ideal evitar la parte externa, ya que puede estar contaminada; intentá tomar la muestra desde el interior.

4. Transferí la muestra al medio de cultivo

Abrí la placa de Petri con agar y colocá la muestra en el centro del agar, presionándola ligeramente para que se adhiera. Cerrá la tapa rápidamente para minimizar la exposición al aire.

5. Incubá y observá el crecimiento

Guardá las placas en un lugar oscuro y templado (alrededor de 25 °C). En unos días, deberías comenzar a ver el crecimiento del micelio. Observalo diariamente para detectar cualquier signo de contaminación (como manchas de color u otros hongos). Si todo marcha bien, verás el micelio expandiéndose de manera uniforme.

6. Realizá transferencias para aislar la cepa pura

A medida que el micelio crece, es posible que necesites hacer transferencias a nuevas placas de Petri para asegurarte de que tenés una cepa pura. Para esto, seleccioná un fragmento del micelio más saludable y transferilo a otra placa con agar. Repetí este proceso hasta que estés seguro de que no hay contaminantes visibles.

7. Confirmá la pureza (Opcional)

Si tenés acceso a un microscopio, podés examinar la muestra para verificar que el micelio está libre de otros organismos. Esto no es obligatorio, pero puede darte una mayor confianza en la pureza de la cepa.

Consejos y precauciones

  • Esterilizá siempre las herramientas antes de usarlas, pasando la aguja o bisturí por la llama de alcohol.
  • Evitá corrientes de aire y mantené el ambiente lo más limpio posible. La contaminación es uno de los mayores problemas al aislar cepas.
  • Paciencia y perseverancia. El aislamiento de cepas es un proceso meticuloso y puede llevar varios intentos obtener una cepa pura.

¿Por qué aislar cepas?

Aislar cepas te permite seleccionar aquellas que tienen un mejor rendimiento, resistencia a plagas, o características específicas que quieras reproducir. Por ejemplo, algunos cultivadores buscan cepas que crezcan más rápido o que se adapten mejor a su clima local. Este trabajo inicial puede hacer una gran diferencia en la calidad y cantidad de los hongos que coseches.

Conclusión

El aislamiento de cepas es un arte que, aunque puede parecer complicado al principio, se vuelve más fácil con la práctica. La clave está en ser paciente y trabajar en condiciones de esterilidad. ¡Animate a probar y disfrutar del proceso! El cultivo de hongos es una aventura, y con cada cepa que lográs aislar, te acercás más a producir tus propios hongos de alta calidad. Nos vemos en el proximo posteo! 

Iniciar sesión dejar un comentario
Cómo cambiar tu mente