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¿Cómo tomar adaptógenos?

entre la intuición y el cuerpo, no hay receta universal

Si llegaste hasta acá, es probable que ya estés tomando algún hongo adaptógeno… o que estés por empezar.

Y seguro también te cruzaste con alguna de estas frases en redes:

“Tenés que tomar 20 gotas en ayunas.”

“El reishi solo sirve si lo tomás a la noche.”

“Con 15 días vas a sentir los resultados.”

Spoiler: nada de eso es tan simple. Y mucho menos es ley.

No hay una única forma. Hay un cuerpo que escucha.

Los adaptógenos no son medicamentos sintéticos. No tienen una dosis fija ni un protocolo igual para todos.

Su sabiduría está en que acompañan los ritmos internos, regulan desde adentro, se adaptan a vos.

Entonces, lo que importa no es repetir recetas ajenas, sino aprender a observar:

  • ¿Cómo te sentís con determinada dosis?
  • ¿Hay algo que cambia cuando tomás más?
  • ¿Qué pasa si lo tomás a la mañana vs. a la noche?
  • ¿Tu cuerpo lo pide en ciertos días del ciclo? ¿En momentos de más estrés?

¿Cuántas gotas hay que tomar?

No hay una única respuesta.

Podés tomar desde 1 gota por kilo de peso corporal, hasta 60 gotas diarias o incluso fraccionarlo en 2 tomas.

Hay quienes con 10 gotas sienten un montón. Y hay quienes necesitan más para que haga efecto.

🔍 Lo importante es ir probando, empezar por poco, y ajustar según lo que sentís.

¿Y en qué momento del día?

Otro mito:

“Reishi a la noche porque da sueño.”

“Cordyceps en ayunas porque da energía.”

“Melena antes de estudiar.”

La verdad es que no hay un momento ideal universal.

El reishi, por ejemplo, no es un sedante. Es un regulador del sistema nervioso. Por eso, a algunas personas las relaja, a otras las activa si están muy para abajo. Lo mismo con el cordyceps o la melena.

Lo importante es observar:

  • ¿Te activa o te tranquiliza?
  • ¿Cómo dormiste ese día?
  • ¿Cómo está tu energía, tu digestión, tu humor?

¿Cuándo voy a notar los cambios?

Otro tema: la ansiedad por resultados.

Venimos de décadas de cuerpos maltratados, sobreestimulados, inflamados. Y pretendemos que en 10 días se solucione todo con un gotero.

Pero los adaptógenos no son magia, son procesos.

Son lentos, profundos, coherentes.

Algunas personas sienten cambios rápidos. Otras tardan un mes o más.

Y muchas veces, el primer efecto no es lo que esperabas: dormís más, tenés menos hambre emocional, te enojás menos.

Eso también es regulación.

Entonces... ¿cómo los tomo?

Con constancia, con paciencia y escuchando tu cuerpo más que cualquier posteo de Instagram.

✅ Elegí un momento del día donde lo puedas sostener

✅ Probá tomando una gota por kilo

✅ Observá tus cambios reales, más allá de lo que querías que pase

✅ Acompañá el proceso con buena alimentación, sueño y pausas

✅ No le pidas todo al hongo. Hacé tu parte.

Los adaptógenos no trabajan por vos. Trabajan con vos.

Y eso... es mucho más poderoso.

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