Inspiración micológica

Hongos y arte: 

Los hongos son una maravilla, ¿no? Salen de la tierra como si nada, discretos, misteriosos, y sin embargo, están en todas partes: debajo de nuestros pies, en los bosques, en las paredes húmedas… ¡y hasta en el arte! Es increíble cómo estos organismos han servido de inspiración para artistas visuales, escritores y diseñadores a lo largo de la historia. Así que, si te interesa el arte y te fascinan los hongos, este post es para vos.

De los rituales al arte antiguo

Vamos al pasado, bien atrás. En Siberia y en América del Norte, los chamanes veían en el Amanita muscaria (ese hongo rojo con pintitas blancas, re de cuento de hadas) algo sagrado. Este hongo aparece en petroglifos y arte rupestre, como una especie de puente entre lo terrenal y lo divino.

Acá en América Latina, las culturas azteca y maya no se quedaron atrás. Para ellos, los hongos sagrados eran teonanácatl, “la carne de los dioses”. Representaban estos hongos en esculturas y objetos ceremoniales, porque creían que eran la llave para conectarse con los espíritus. O sea, no era solo un hongo: era magia pura.

La psicodelia y el boom del siglo XX

Saltamos al siglo XX y nos encontramos con los años 60 y 70, cuando los hongos psicodélicos dieron que hablar. Acá, los artistas de la contracultura agarraron la posta. Las obras de Alex Grey, por ejemplo, están llenas de formas micológicas, mostrando cómo estos hongos conectaban lo humano con lo cósmico.

En el diseño gráfico, los hongos estaban en todos lados: las portadas de discos de bandas como Grateful Dead o los afiches de los conciertos psicodélicos de San Francisco los usaban como íconos de exploración y libertad. Era como decir: “Esto va más allá de lo que ves, es algo profundo”.

Hongos en la literatura: del tamaño de Alicia al micelio alienígena

No podemos hablar de hongos y arte sin mencionar la literatura. ¿Te acordás del hongo de Alicia en el País de las Maravillas? Ese que hacía que Alicia se hiciera gigante o diminuta. Bueno, no es casualidad: los hongos siempre han sido metáforas de transformación y misterio.

Más cerca en el tiempo, tenés libros como Aniquilación de Jeff VanderMeer, donde el micelio es casi un personaje más. En esa trilogía, los hongos representan conexión, descomposición y regeneración. Es ciencia ficción, pero también una reflexión sobre cómo todo está relacionado, incluso lo que no vemos.

El diseño sostenible: el micelio como material del futuro

Y si hablamos de diseño, los hongos se vienen con todo. Hoy, el micelio no solo conecta árboles en el bosque, sino que también sirve para crear cuero vegano, muebles y hasta estructuras arquitectónicas. Diseñadores como Stella McCartney ya están usando cuero de micelio en sus colecciones. ¿Y qué me decís de las empresas que están haciendo envases biodegradables con hongos? ¡Es una locura!

En el arte gráfico, también están de moda. Las ilustraciones botánicas que incluyen hongos, como las de Katie Scott, son una belleza. Resaltan lo raro y lo hermoso de estos organismos, que muchas veces pasamos por alto.

Ilustración y arte contemporáneo: los hongos en Instagram

Hoy, con las redes sociales, los hongos están más vivos que nunca en el arte. Si te das una vuelta por Instagram o Behance, vas a encontrar ilustradores que los usan como tema central. Artistas como Maggie Chiang hacen magia con formas orgánicas y colores vibrantes, capturando esa mezcla de misterio y delicadeza que tienen los hongos.

La inspiración está bajo nuestros pies

Al final del día, los hongos nos recuerdan algo fundamental: lo más valioso muchas veces está escondido, en lo más simple, en lo que crece en silencio. Ya sea en una pintura, un libro o un diseño futurista, los hongos están ahí, diciéndonos que el arte, como ellos, florece en los rincones menos esperados.

Y vos, ¿qué opinás? ¿Alguna vez un hongo te inspiró para crear algo? Si es así, ¡contanos! Queremos saber cómo este universo micológico te cambió la manera de ver las cosas. Nos vemos en el proximo posteo! 

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