Ir al contenido

¿Y si descansar no es solo dormir?

Por qué vivimos agotados incluso durmiendo 8 horas

Dormís ocho horas. Te levantás. Y sentís que no podés con tu alma.

¿Te suena?

Vivimos en una época donde el descanso parece ser solo una función biológica: cerrar los ojos, dormir, y volver a arrancar. Pero el cuerpo, la mente y el corazón piden otra cosa. Porque hay varios tipos de descanso, y no todos se solucionan durmiendo.

Cansancio físico vs. cansancio mental

Hay días que terminás destruída porque te moviste mucho. Pero otros en los que no hiciste nada físico… y aun así sentís que te pasó un camión por encima.

Eso es el cansancio mental: hiperconexión, tomar mil decisiones por día, multitasking, ansiedad constante.

La cabeza no se apaga. Ni siquiera al dormir.

Cansancio emocional

Tenés todo más o menos en orden, pero te sentís “sin ganas”.

Ni triste, ni feliz. Solo apagada.

A veces es por sostener mucho tiempo emociones difíciles: preocupación por alguien, una relación estancada, autoexigencia, frustración laboral.

Y aunque dormís, el cuerpo sigue cargando todo eso.

Cansancio sensorial y espiritual

La sobreestimulación también agota: pantallas, notificaciones, ruido, luces.

Y hay un cansancio más sutil, el que aparece cuando no hay propósito. Cuando todo parece automático, sin alma.

No es depresión. Es desconexión.

¿Y qué hacemos con todo esto?

Lo primero es entender qué tipo de descanso necesitamos.

A veces dormir no alcanza. Capaz necesitás:

  • Un momento sin estímulos.
  • Una charla con alguien que te escuche.
  • Sentarte en silencio.
  • Decir que no.
  • Respirar hondo sin sentir culpa.

Y acompañar ese proceso con herramientas que trabajen desde la raíz:

🟤 Reishi: regula el sistema nervioso, ideal para quienes viven con ansiedad o no logran “bajar”.

🟠 Cordyceps: devuelve la vitalidad en procesos largos de fatiga física o emocional.

Tremella: ayuda a rehidratar los tejidos cuando sentís que “no das más”.

🧠 Melena de león: mejora el foco y ayuda a salir de la niebla mental que muchas veces es consecuencia del agotamiento crónico.

Parar un poco - 

No solo dormir.

Parar para escucharte, para registrarte, para no seguir en automático.

Parar para volver a vos.

Iniciar sesión dejar un comentario
El cuerpo que habla